LEE EL PULSO SINDICAL DE LA SEMANA Nº142 DEL 08 AL 14 DE ABRIL DE 2012
El 11 de abril es un día “normal”, para esta ciudad que se acostumbró hace mucho tiempo a vivir cercada por la policía. “Normal” resulta entonces que ese tipo de uniforme y un gorro con franjitas, controle junto a sus subordinados a algunos jóvenes que tuvieron la subversiva idea de sentarse a conversar y fumar un cigarro, mientras llega la hora de ingresar a clases en el instituto que está justo enfrente de la plaza en donde charlan animadamente.
Cruce la plaza y me detuve a observar el control de identidad. Uno de los policías pide el carné a los jóvenes, los mira, se pasea con los documentos en la mano, los entrega a otro y este finalmente los pasa a una mujer de uniforme que los observa y los devuelve por la misma vía. Otro uniformado parece preguntar la razón del estar ahí a esa hora y los jóvenes indican con sus manos el instituto frente a ellos. Sin más les hacen ponerse de pie y abandonar el lugar. No hay nada que justifique lo anterior pero lo ordena el jefe y así se debe hacer.
Le digo que está abusando de su autoridad y mira con desden. Mientra me retiro le vuelvo a exigir identificación. Molesto, deletrea su apellido. T E U B E R, de la Prefectura Central. Teuber, le digo, hablaré de usted en un medio de difusión.
¿Cuantos son los Teuber que van por ahí hostigando, con y sin franjita en las gorras, con y sin identificación a la vista, simplemente provocando, esperando la mas mínima reacción para golpear con sus bastones, detener arbitrariamente, herir y hasta matar si se les da la gana?. Hay miles de imágenes que les denuncian, pero siguen en lo mismo.
Hace algo más de una semana falleció un uniformado en un confuso incidente, durante el allanamiento a una comunidad mapuche en Ercilla. El The Clinic Nº 439 (páginas 8 a la 11) trae una interesante entrevista a quienes habitan en esa comunidad, en la que queda expuesta la brutalidad con la que actúa la policía, el hostigamiento hacía el pueblo mapuche, la complicidad de los fiscales que hacen la vista gorda ante los excesos y un largo, et, etc.
Hace ya mucho tiempo que venimos sosteniendo que la crisis sindical en Chile es profunda y que el único camino posible es la refundación. Los casos de corrupción, deshonestidad y cuentas poco claras, bajaron de la superestructura sindical y fueron hecho suyos por aventajados alumnos en diversos organismos de base.
Otros casos hablan de la suscripción de contratos colectivos por parte de la directiva sin haber consultado a los socios, un quórum desmesurado en el estatuto para censurar al directorio, la emisión de “vales por” de profesionales que asesoraron a los sindicatos, en vez de la boleta de servicios que es lo que corresponde. Se llega al extremo de no tomar en cuenta los reclamos de los asociados ante incumplimientos de la empresa (no pago de bonos ni horas extras, demora en los uniformes, etc.) e informar a la empresa de que tal o cual trabajador está sublevando a sus compañeros, para conseguir el despido y así deshacerse de un potencial adversario en futuras elecciones.
Los trabajadores no pueden permitir que se prostituya de esta manera a la organización sindical. Deben activar las comisiones revisoras de cuentas, promover la contratación de contadores externos para que hagan una auditoría de los fondos sindicales, averiguar que pasó con los recursos de la organización y sancionar sin contemplaciones.
Presidente C.G.T. CHILE